El principal reto de la IA en 2024: gestionar la confianza, el riesgo y su seguridad

El principal reto de la IA en 2024: gestionar la confianza, el riesgo y su seguridad

La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en una herramienta esencial para las empresas. Sin embargo, con su adopción masiva, las organizaciones deben prestar especial atención y cuidado a los riesgos que conlleva su uso, así como su seguridad.

La IA ha demostrado en 2023 ser una herramienta capaz de transformar industrias enteras y cambiar la forma en la que operamos. Aún así, todavía queda mucho camino por recorrer en cuanto a las decisiones tomadas por un algoritmo y cómo gestionamos los riesgos asociados a la propia IA. La respuesta radica en la AI TRiSM. Este enfoque se centra en tres aspectos clave: la confianza en la IA, la gestión del riesgo asociado con su uso y la seguridad de los datos utilizados y generados por la Inteligencia Artificial.

La confianza en la IA se basa en la transparencia y, por ello, las empresas no paran de invertir en tecnologías que permiten a los usuarios entender cómo opera la Inteligencia Artificial. Esto no sólo aumenta la confianza de la población en ella, sino que también tolera a las empresas cumplir con las regulaciones de protección de datos.

Por tanto, la gestión del riesgo en la IA trata de identificar y mitigar los posibles riesgos asociados con su uso y esta parte incluye riesgos técnicos, como errores en el algoritmo, y riesgos éticos, como el sesgo en los datos de entrenamiento. Las empresas están utilizando herramientas de evaluación de este tipo de riesgos para identificarlos y desarrollar estrategias que los atenúe.

En general, la seguridad de la IA se centra en proteger los datos utilizados y generados por eta tecnología y para cumplir con ello se están implementando medidas de seguridad robustas, como el cifrado de datos y la autenticación de dos factores.

➡ Así se vigila a la IA:

  • Participación activa en la investigación sobre seguridad.
  • Colaboración en determinación de directrices éticas para promover un uso ético de la IA por parte de las empresas.
  • Promoción de la transparencia en el desarrollo de la IA para garantizar que los usuarios comprendan cómo se actúa ante estos nuevos avances tecnológicos.
  • Se está respondiendo a los desafíos éticos de la Inteligencia Artificial a través de un «humanismo tecnológico que pone a las personas como núcleo de los esfuerzos»
  • Definición y medición de la equidad probando los sistemas frente a estos estándares.
  • Mejora de la ciberseguridad de los sistemas.
  • Preservación de la privacidad de los datos utilizados por la IA.

En conclusión, la AI TRiSM es un enfoque global que garantiza un buen uso de las nuevas tecnologías y, en concreto, de la propia Inteligencia Artificial.

¿Cómo crees que las empresas pueden mejorar la AI TRiSM? En Vacolba nos gustaría conocer tu opinión. ¡Déjanos un comentario! 😀

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