En los últimos años hemos vivido enormes cambios a nivel laboral. La mayor parte de ellos impulsados por la tremenda revolución digital que estamos experimentando. El auge de la tecnología y de la digitalización está cambiando el mercado laboral para muchos empleados y empresas de todo el mundo. A hombros de esta nueva época, nuevas profesiones especializadas como la Inteligencia Artificial o el Big Data están floreciendo a tal velocidad que el mercado laborar no es capaz de satisfacer esas demandas de empleo. Con el objetivo de cerrar esta brecha, hay quienes han decidido reciclarse para cubrir un nuevo puesto o formarse en nuevas competencias de su trabajo actual. Esto es lo que se conoce como reskilling, y se ha convertido en una enorme oportunidad para optar a los trabajos del futuro o los más demandamos actualmente.
Robotización, digitalización, sostenibilidad, automatización o procesos en remoto. Nuevos conceptos que hasta hace poco tiempo se veían como algo lejano, pero que hoy en día son empleadas en los procesos de muchas empresas. Y todo ello ha sido impulsado, en cierta medida, por la crisis del Covid-19. La pandemia actuó como un catalizador hacia un entorno nuevo, más digitalizado, que ha obligado a las compañías a abandonar sus obsoletas funciones para actualizarse a los nuevos tiempos.
Casi el 85% de los puestos de trabajo que se desempeñarán dentro de diez años aún no se han inventado
El reskilling se trata de aprender nuevas habilidades para desempeñar con eficacia un nuevo trabajo o una nueva función dentro del empleo ya existente. Estas nuevas competencias se desarrollan a partir de las que ya se tiene, de manera que se mejora la actividad laboral. Sin duda, es una de las claves para afrontar amenazas, riesgos, retos y oportunidades a las que cualquier usuario puede sufrir en su búsqueda activa de empleo.
El objetivo es estar en un constante aprendizaje para no quedarse atrás, ya que el mercado de trabajo no es capaz de mantener el ritmo de la revolución digital que está sufriendo. Y, si actualmente no lo consigue, en unos años será insostenible.
Según el estudio ‘Jobs lost, jobs gained: workforce transitions in a time o automation’ creado por McKinsey Global Institute, en 2030, entre 75 y 375 millones de empleados debería cambiar de categoría laboral debido a la Inteligencia Artificial, a la automatización y a la digitalización. De ahí que cobre especial importancia el reskilling. Aunque antes era una competencia muy importante en las empresas, con la aceleración de la tecnología, se ha vuelto en un proceso necesario e inmediato.
Y es que no solo es reciclarse en el propio empleo, sino también incorporar nuevos conocimientos de otras disciplinas laborales. ¿Y por qué? Pues todo se debe a que el futuro no solo va a traer nuevos avances tecnológicos, sino también nuevos puestos de trabajo, inexistentes hasta ahora. Casi un 85% de los puestos de trabajo que se desempeñarán dentro de diez años aún no se han inventado.
No sabemos cómo van a ser los trabajos del futuro; e incluso es difícil predecir cómo se planteará la demanda de empleo en los próximos meses. Desde Vacolba, vemos necesario reinventar los perfiles profesionales para acercarnos al futuro tecnológico que nos espera. No solo a las empresas nos preocupa ese aspecto, sino también a muchos empleados de todo el mundo ya que el 61% piensa que los trabajos del futuro ya están afectando a sus trabajos actuales.
Con procesos como el reskilling se consigue combatir la brecha digital, pero también fidelizar y retener talento en las empresas o promover una cultura de aprendizaje y de empresa dinámica adaptada a una constante evolución. A la hora de formar a los empleados, no solo se fijan en la experiencia que tengan los candidatos o las competencias digitales que posean, sino también de las soft skills. Y es que, muchas de esas habilidades, se adquieren gracias al reskilling.
En el contexto en el que nos encontramos de incertidumbre laboral, volatilidad o ambigüedad, empresas como Vacolba, vemos muy importante estar en una constate adaptación a las nuevas realidades tecnológicas para evitar la temida fuga de talentos. En conclusión, el reskilling permite anticiparse y estar preparado ante las próximas situaciones laborales que una persona o empresas se puede afrontar.