El mundo virtual en el que vivimos, rodeados de digitalización, internet y redes sociales es tan real como el mundo físico que tenemos a nuestro alrededor. Es una nueva forma de relacionarnos con los demás, y es raro que una persona no haga uso de ella actualmente. Pero, aunque haya quienes no duden, en absoluto, de los beneficios que este avance implica en la sociedad, existe un grupo de personas donde su uso causa cierta preocupación; los menores de edad.
La relación entre los menores y los nuevos medios de comunicación, es decir, las redes sociales, es un motivo constante de preocupación social. La forma de comunicarse entre ellos ha cambiando por completo. Lo que antes era llamar al timbre de un amigo para salir a dar una vuelta o llamarle al teléfono fijo de casa, ahora se ha convertido en un mensaje de WhastApp con emoticonos para jugar a distancia a un videojuego.
La sociedad ha progresado, incluidas todas las franjas de edad. Pero es necesario realizar un buen uso de la tecnología y aplicar unas mínimas normas de prudencia que eviten cualquier susto en un futuro. El uso de los smartphones, de las redes sociales y de internet es un debate constante entre muchos padres.
En España, más del 96% de los menores hacen un uso universal del ordenador, y de ellos el 87,1% utiliza internet de manera diaria. La facilidad que tienen para acceder a esas plataformas les expone a una serie de riesgos sobre los que no han recibido la suficiente información. Los menores no son conscientes de las consecuencias que puede ocasionar un mal uso, no solo a nivel personal sino también legal.
Los avances en Internet han traído un sinfín de posibilidades que los adultos del siglo XX no se hubieran podido imaginar. Pero, junto a ellos, han llegado nuevos peligros como el sexting, ciberacoso o contenido inapropiado para los menores, de los que hay que aprender a protegerse. Lo más importante es enseñar a los más jóvenes a hacer un uso positivo y responsable de las nuevas tecnologías, debido a que, en un futuro, serán las sociedades más digitalizadas.
Según la legislación vigente que limita el tratamiento de los datos personales de los menores, la edad mínima para participar en redes sociales es de 14 años. Sin embargo, más de la mitad de los niños españoles de entre 2 y 8 años tiene un dispositivo con acceso a internet; un hecho totalmente contradictorio a lo recomendado.
Es cierto que vivimos en un mundo más online que offline. Pero, ante este nuevo escenario, los padres deben tomar una serie de precauciones. Y es que, según el informe “Impacto de la tecnología en la adolescencia”, realizado por Unicef, alertan de que el 22% de los jóvenes podrían estar sufriendo ciberacoso en redes sociales. Además, definen como “problemático” el enganche que tiene los menores a Internet y a las plataformas digitales.
Desde Vacolba, como partner de negocio orientado a resultados en el entorno digital y centrados en la transformación digital, vemos necesario aplicar pautas para conseguir una educación digital segura entre los menores de edad. Por ello, hacemos las siguientes recomendaciones:
- No aceptar a personas extrañas como amigos en redes sociales.
- Los padres deben aprender a utilizar la misma tecnología y plataformas que sus hijos para mantener un cierto control sobre su uso.
- Tener cuidado con la webcam del ordenador; puede ser hackeada.
- Utilizar contraseñas robustas y cambiarlas con frecuencia.
- La mejor medida para proteger a los menores es educarles en las nuevas tecnologías.
- Configurar la privacidad de las cuentas de redes sociales.
- No publicar información personal y tener prudencia al compartir ciertos contenidos.
En conclusión, Internet es un instrumento lleno de ventajas para la sociedad. Pero no hay que olvidarse de los inconvenientes ante los que no solo debemos protegernos nosotros, sino también a los menores. En Vacolba, pensamos que no debemos culpar a la tecnología de que esto suceda, sino que depende del uso que le dé el propio usuario