Lo que hace unos años se veía como impensable, ahora es una realidad. Se podría decir que aquel futuro que se imaginaba tiempo atrás, se ha convertido en nuestro presente. Un presente que tiene muchas expectativas y que se presenta como un escenario cercano. Los robots han dejado de ser un personaje de las películas de ciencia ficción. Se han convertido en un miembro más de muchas empresas tecnológicas. Pero, estos, van evolucionando en relación a las demandas humanas y han surgido los robots persuasivos.
Puede que igual este término te pille por sorpresa y sea algo nuevo para tus oídos, pero los robots ya son capaces de controlar ámbitos como la educación, la salud, la seguridad o el ocio. Su uso se está estudiando en el cuidado de ancianos, en la vigilancia callejera, en la enseñanza infantil o como asistentes en hospitales. En este último fueron de gran ayuda durante la pandemia del covid-19 monitorizando pacientes o controlando la previsión de medicinas.
A estos robots persuasivos también se los conoce como inteligentes, y no son más que el resultado de mezclar la robótica con la Inteligencia Artificial. No porque un robot siga una serie de órdenes, de manera automatizada, es inteligente. Nos referimos a ellos cuando, además, tienen la capacidad de evolucionar y perfeccionar sus funciones, e incluso tomar decisiones por un humano.
Y, ¿esto significa que puedan influir en nuestro comportamiento? En cierta medida sí. Según aumenta la interacción de las personas con los robots, estos últimos desarrollan ciertas destrezas y habilidades comunicativas para conseguir el objetivo para el que fueron diseñadas. Y, una de esas cualidades es la persuasión, que ha despertado el interés de muchas empresas y científicos. Con ello, se refiere a la capacidad de modificar el comportamiento o la actitud de los humanos.
Es difícil de entender y complicado cuestionarse que esto sea posible; pero lo es. Pero, algo en lo que coinciden los expertos es que los robots no deben tener la capacidad de ser autoritarios. En un reciente estudio, publicado en Science Robotics, explica qué postura deben adoptar los robots. Además, se investiga la relación de autoridad y de persuasión entre ambos. Se concluyó que, actuando como una figura autoritaria, adoptaba un comportamiento dominante y amenazante. Sin embargo, siendo persuasivo, es una opción menos arriesgada que ofrece una actitud similar a un ayudante.
¿Hasta dónde llega el límite?
Los robots persuasivos tienen muchas aplicaciones en nuestro día a día. Por ejemplo, podría convencer a un paciente para que se tome una medicación, dar indicaciones a un trabajador o poner orden en un aula. Pero, aquí surge una gran duda, ¿aceptarían las personas las instrucciones o los consejos de un robot?
Dos investigadores de la Universidad de Toronto de Canadá, Shane Saunderson y Goldie Nejat, analizaron este tema en cuestión. Pusieron en marcha un experimento usando a un robot humanoide, al que denominaron Pepper, y a 32 voluntarios para realizar unas simples tareas. Comprobaron que las personas conseguían mejores resultados cuando el robot actuaba con una actitud persuasiva, ya que cumplía una función de asistente.
En cambio, ocurría todo lo contrario cuando se presentaba como una figura de autoridad. La relación de los humanos con los robots cambiaba completamente y no se relacionaban ni confiaban en ellos. Y esto se debe a que las personas se sentían amenazadas por él. Factores como la apariencia, las miradas, la voz, los gestos, la expresión corporal o el contacto visual influyen en la manera en la que se recibe el mensaje. Los expertos afirman que lo fundamental es posicionar a los robots como colaboradores cuya función sea ayudar a los humanos, en vez de otorgarles un liderazgo o una autoridad.
En Vacolba pensamos que la Inteligencia Artificial y la Robótica tiene un gran futuro en el ámbito empresarial. En unos años, estas maquinas podrían usarse, por ejemplo, para usar nuestros datos de redes sociales o de compras y producir algún efecto en los humanos. Con esto nos referimos en que pueden influir en nuestra decisión de adquirir o no un producto o elegir uno en vez de otro. Queda un largo camino por delate; esto no ha hecho más que empezar. Pero sin duda, estas nuevas herramientas tecnológicas formarán parte de nuestra vida cotidiana.