Hace años que nos hemos acomodado a “lo inalámbrico”. Auriculares, cargadores, teléfonos y, por supuesto, Internet WiFi. ¡Qué sería de nosotros sin él!
Es difícil interpretar un mundo sin la conexión Wi-Fi que tantas facilidades y alegrías nos ofrece. Consideramos la conexión inalámbrica como una parte imprescindible de nuestra vida mientras demandamos cada día que sea más rápida y eficaz.
El avance en el Internet de las Cosas (IoT) lo ha cambiado todo. Paso a paso, nos encontramos más interconectados que nunca gracias a las infraestructuras en conexión inalámbrica que se han desarrollado con el paso de los años.
No obstante, apenas llevamos unas décadas con Internet en los hogares, en el trabajo, en la vida y parece que llevamos casi un siglo. Nos hemos acostumbrado tanto a una vida interconectada instantáneamente que nos resulta inverosímil que, por ejemplo, un hogar no cuente con conexión a Internet.
Cronología del paradigma infinito
La idea de conectar dispositivos a través de Internet y sin cables comenzó a patentarse a finales de los años 90. Es durante esa década cuando grandes compañías tecnológicas como la finlandesa Nokia o la ya desaparecida 3Com plantearon que los terminales fueran interoperables y compatibles para compartir información entre sí. Además, el crecimiento de la conexión WiFi también se debe al trabajo que, simultáneamente con las compañías anteriormente mencionadas, realizó el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE) para mejorar el servicio WiFi.
El estudio y desarrollo de las nuevas tecnologías y tendencias propició que la conexión inalámbrica sea indispensable en nuestro día a día, hagamos lo que hagamos. Y este hecho desembocó en el constante desarrollo de esta ciencia aplicada. Desde 1997 la sociedad ha conocido varias generaciones de Internet sin cables.
Nueva generación; otra revolución
La sociedad ha sido testigo desde finales del siglo Veinte de varias generaciones de WiFi. Sin embargo, la gran “revolución” de la conexión inalámbrica se produjo en 2008 con el WiFi 4 que alcanzaba entonces velocidades hasta los 600 megabits por segundo (Mbps) y más adelante, en 2014, con la siguiente generación WiFi 5, pero ya con una banda a 5 GHz y la de 2,4 GHz bastante mejorada para aumentar las prestaciones en la velocidad de la conexión.
No obstante, la domótica ha jugado un papel importante en el desarrollo de nuevas tecnologías inalámbricas. Hoy en día los hogares cuentan con neveras, bombillas, alarmas, cerraduras… inteligentes.
En este aspecto, la generación WiFi 6 ha propiciado que desde 2016 los hogares puedan interconectar los dispositivos electrónicos y eléctricos del hogar a través de la conexión WiFi. Esto ha sido posible gracias a una modulación de última generación [Orthogonal Frecuency-Division Multiple Access (OFDMA)] que ha permitido optimizar las frecuencias que emplean los usuarios para descongestionar un canal con el fin de que varios usuarios puedan utilizar el mismo simultáneamente con una conexión estable de calidad.
Por otra parte, el WiFi 6 ha mejorado la banda de 2,4 GHz para garantizar una conexión regular con varios dispositivos conectados a la vez y con una velocidad más alta.
A pesar de que la evolución hacia el WiFi 6 ha modificado la interacción del usuario con la conexión inalámbrica, ha sido bien aceptada entre los consumidores dadas las ventajas asociadas respecto a las versiones anteriores.
Asimismo, a día de hoy se está desarrollando una nueva generación (WiFi 7) y promete ser una auténtica revolución inalámbrica.
El WiFi-7 ya está en camino
El WiFi-7 ya está en camino y con un cuarto borrador a la vista para 2023. Esta nueva generación de conexión inalámbrica promete contar con 16 antenas MIMO para transmitir datos dentro del mismo espectro y así aumentar el caudal de la conexión. También traerá como novedad la optimización de la red para disfrutar de las transmisiones de video en 8K o el aumento a 320 MHz frente a los actuales 160 MHz del WiFi 6 de los canales WiFi, lo cual permitirá alcanzar velocidades hasta ahora nunca vistas en los hogares.
Igualmente, otras de las transformaciones que promete la nueva generación WiFi 7 es la disminución de la latencia hasta los 10 ms. Esta mejora seguro que será muy apreciada por los gamers.
En definitiva, esta generación que se avecina en los próximos años consagrará la alta velocidad de la conexión inalámbrica gracias a la duplicación del ancho de banda, la compatibilidad entre todo tipo de dispositivos, velocidad extremadamente alta de conexión y una reducción de latencia considerable.
Aún así y con todos estos alicientes tendremos que esperar hasta marzo de 2024 para disfrutar de la conexión más rápida y estable vista hasta ahora.
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