Ventajas de la automatización y digitalización de las empresas

La inversión en tecnología es prácticamente obligatoria en todas las empresas que quieran garantizar su presencia en un entorno cada vez más digitalizado. Independientemente de la actividad que realicen, la productividad es el objetivo primordial de toda compañía y la ya más que asentada (hiper) automatización industrial es clave para sobrevivir a la transformación digital.

Nos encontramos en una época en la que el avance tecnológico camina, en muchas ocasiones, un paso por delante de nuestras posibilidades. Para compensar tal diferencia, las empresas se han visto obligadas a realizar inversiones en tecnología puntera que les asegure una eficiente producción con el objetivo de optimizar los recursos disponibles que aseguren beneficios netos.

Ventajas de la (hiper) automatización en las empresas

Asimismo, la inversión en modelos de producción tecnológicos garantiza el éxito a medio y largo plazo y cuenta con las siguientes ventajas:

Minimizar errores en la producción

La automatización va de la mano del progreso tecnológico. De esta manera, se optimiza la precisión de las labores de producción de una empresa, y se reduce el gasto tras disminuir posibles errores durante la producción.

Reducir costes

La reducción de costos minimiza los gastos ya que la inversión transforma los procesos productivos en un desarrollo fluido y continuo sin brechas que entorpezcan dicho procedimiento. Se reducen también costes salariales, pues muchos puestos de trabajo pueden ser desempeñados por máquinas que sustituyan a humanos para rebajar errores en el desempeño laboral.

A pesar de que el esquema cortoplacista de la inclusión de la robotización perjudique el capital humano de una empresa, a largo plazo esta inversión traerá beneficios para la compañía y los nuevos trabajadores estarán integrados en sintonía con la producción digitalizada y robotizada de las empresas.

Comunicación optimizada

La digitalización permite que la comunicación interna y externa de una empresa se perfeccione gracias a los recursos que ofrecen los softwares que permiten que los datos y la información se gestione de una manera más rápida, cómoda y eficaz por parte de los empleados y de los directivos de una empresa. Los datos son más fáciles de contextualizar gracias a la tecnología que permite concentrar los datos en bases para su posterior análisis, así como su envío y gestión.

Mejorar la seguridad

Este es un punto muy importante porque afecta a toda la jerarquía corporativa. Al introducir nuevas tecnologías que permitan huir de los errores, se establecen registros de jornadas, de tareas, documentación legal de la compañía o de los empleados, el registro salarial… Son muchas los cometidos que se optimizan gracias a la implementación de la tecnología como herramienta fundamental de la actividad empresarial.

Aumenta el valor de la empresa

Una empresa que destine parte de su inversión en la digitalización de su producción permite aumentar el valor de la compañía pues esta desarrollará competencias digitales que perfeccionen la evaluación del desempeño, la gestión de proyectos, gestionar y automatizar tareas administrativas, etc.

Pero…¿Qué hará la hiper automatización con los trabajos que desempeñan los humanos?

No obstante, la digitalización es insoslayable para aquellas empresas que quieran prosperar en un mercado cada vez más digitalizado y smart. Igualmente, cabe destacar que el componente humano de las compañías puede verse afectado dado que las personas serían sustituidas por máquinas. Pero la robotización es en sí el futuro de las compañías y surgirán nuevos puestos de trabajo asociados a la automatización, aunque no de manera inmediata. De este modo, las personas con mejor formación en el campo de la automatización serán en las pongan su foco las empresas para retener su talento.

A pesar de ello, nos adentramos en terreno pantanoso porque los propios puestos de trabajo serán “víctimas” de la automatización pues desaparecerán dejando obsoletas cientos de vacantes.

Entonces, cabría preguntarse si realmente la digitalización y automatización de las empresas, a golpe de inclusión forzosa, es deseable o si, por el contrario, sería más sano una implementación paulatina. ¿Qué exigirá el futuro? ¿Estamos, pues, ante una obsolescencia programada del trabajo tradicional? ¿Quién tiene la bola que dicta el futuro? ¿Las máquinas o las personas? De momento, parece que la respuesta se halla en el sentido que la sociedad dé a la innovación y evolución de la tecnología como herramienta de apoyo.