Ética digital, el futuro de la red

Ética digital, el futuro de la red

Está claro que la revolución digital lo ha cambiado todo. Es innegable que el continuo avance de la tecnología ha hecho que nuestros hábitos y conductas cambien por completo. Desde que Internet llegó a nuestras vidas hemos transformado nuestra manera de comunicarnos o de comprar, pero también ha afectado a otros sectores como la educación o la medicina. Además, ha traído consigo ciertos retos y dilemas que ponen en riesgo nuestro futuro en esta nueva sociedad digital. Sin embargo, existe una respuesta a todas estas incógnitas; la ética digital.

La Inteligencia Artificial, la realidad virtual y aumentada, el Internet de las Cosas, el Big Data, la ciberseguridad, etc. A estas alturas, estos términos tecnológicos son muy conocidos en los oídos de mucha gente. Nadie puede dudar de los grandes cambios que estas novedosas herramientas han aportado a la humanidad. El paso de lo cotidiano a la digitalización es mucho más presente de lo que se podía llegar a imaginar hace unos años. Nuestra forma de relacionarnos con los demás, nuestros hábitos de consumo o nuestra forma de ser, no es igual que hace veinte años. Hoy en día, la cesión de nuestra privacidad o la inmediatez en el acceso a la información forma parte de nuestra vida diaria.

Pero lo que tampoco se parecen son los peligros y oportunidad que presentan estas tecnológicas y que la sociedad debe afrontar para llegar a un beneficio común. Para ello, es necesario establecer unas bases que aseguren los derechos de los ciudadanos digitales.

 

¿Qué es la ética digital?

La ética ha sido uno de los pilares básicos desde las civilizaciones más primitivas. Ha guiado el comportamiento humano y el desarrollo cultural durante siglos. Aunque al principio estaba relacionada con las divinidades, tras la Ilustración dio un giro de 180 grados y se centró en el hombre; todo debía girar en torno a él.   

Con este pequeño contexto, es hora de explicar de qué trata este concepto. En realidad, no es una palabra que se entre frecuentemente en el diccionario; pero la ética digital no es más que un código social para solucionar los problemas que ocasiona el uso de Internet. Esta disciplina analiza los dilemas que puedan tener los seres humanos y persigue la construcción de unos valores, principios, deberes y derechos que guíen los comportamientos sociales en la red.

Su origen se relaciona con el filósofo James H.Moor, quien, en 1985, publicaba un artículo titulado ‘What is computer ethics?’ convirtiéndose en el pionero de la ética digital. Él la definía comoun campo de la ética aplicada que aborda cuestiones éticas en el uso, diseño y gestión de las tecnologías de la información y en la formulación de políticas éticas para su regulación en la sociedad”.

Centrándonos en la actualidad, si realizamos una lista de los problemas a los que hacen frente los internautas, en ella se podría encontrar el abuso de las redes sociales, el control de datos por parte de las empresas o gobierno o la compraventa de información personal. Se tratan de cuestiones más sociales que técnicas, pero es necesario mejorar estos aspectos para hacer un mundo digital más seguro.

 

El buen uso de Internet

Uno de los mayores debates tecnológicos es el correcto uso de Internet; temática muy recurrente en multitud de artículos o publicaciones. Al hablar de ética digital, no solo es imprescindible tratar los retos mencionados anteriormente. También debe regular el derecho a la propiedad intelectual, los ciberataques, los límites de la libertad de expresión en redes sociales o el derecho a la desconexión laboral.

Definir lo que está bien o no, en este ámbito, ha generado una gran controversia durante varios años. Sin embargo, en 2019, en el Foro Económico y Mundial de Davos, cuarenta líderes empresariales firmaron una Declaración Digital en la que establecían cuáles eran los principios sobre los que se debía sustentar la ética digital. Algunos de ellos los hemos ido explicando a lo largo del artículo y, como se puede observar, la ética digital tiene varios actores: la ética del usuario, de las corporaciones y la aplicación a la tecnología.

 

“Pasar de la privacidad a la ética mueve la conversación más allá de ‘cumplimos‘ hacia ‘estamos haciendo lo correcto‘”, David Cearley.

 

Ante esta necesidad colectiva de afrontar estos nuevos retos, muchas empresas están analizando el terreno para comprender los recientes hábitos del mundo digital. En Vacolba, estamos siempre al tanto de todas las novedades que surgen en torno a la transformación digital y tenemos muy en cuenta al usuario internauta. Al igual que en la ética, todo gira en torno a nuestros clientes y creemos que es muy importan sustentar estas bases para crear un futuro digital mucho más seguro. En un entorno que, cada vez, se vuelve más tecnológico, aspectos como la ética digital, no deben ser ignorados.

 

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